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"Stoner", John Williams

Portada de la novela

1.ª  edición: EE. UU., Viking Press, 1965.

Ejemplar leído: Editorial Baile del Sol, colección narrativa, 5.ª edición, 3.ª reimpresión, enero 2019. Traducción de Antonio Díez Fernández. 240 páginas.


En la Wikipedia aparece catalogada como novela de campus universitario. Desde luego, lo es, pero es mucho más que eso. John Williams, el autor de la novela, que fue profesor universitario, nos relata cómo el hijo de unos granjeros pobres de Misuri, William Stoner, llega a ser un buen profesor de literatura inglesa. El personaje que va moldeando es extraordinario en el modo en que todo hombre que se empeña en ser fiel a sí mismo lo es. Stoner asume su propia epifanía y, terco como una mula, sigue su camino. Es un hombre tosco acostumbrado al trabajo duro y, deslumbrado por el conocimiento académico, al que se aferrará como su tabla de salvación, no cejará en su empeño de no llegar a ninguna parte. Su matrimonio es un fracaso, tiene pocos amigos y no tendrá el valor suficiente para conservar el gran amor de su vida.


La vida de Stoner se ve marcada por las dos guerras mundiales: los que se alistaron, los que no, los que nunca volvieron, los veteranos de mirada dura que vuelven a las aulas... El lector atisba en las páginas de la novela el estado del alma de la sociedad norteamericana durante la primera mitad del siglo XX. Stoner se ve superado por las convicciones patrióticas y éticas, es un pequeño intelectual ensimismado que no sabe vivir, pero que lo intenta. Su mirada es en ocasiones la mirada del poeta que parece flotar sobre una realidad que le supera. Nos regala así algunos pasajes de extrema belleza y profundo análisis psicológico. Los breves diálogos, esenciales y duros, profundizan en la soledad del personaje y en su torpe búsqueda de la normalidad. Como un minero, Stoner acude todos los días a su trabajo, a su vida, con la esperanza de encontrar una veta, pero sabiendo que no va a encontrar nada. Solo en el propio trabajo, en sus esforzados –como él– alumnos, en sus profundas lecturas especializadas, encontrará un refugio.


Es una gran novela. Nos enfrenta a la brevedad de la vida, al inmisericorde paso del tiempo, a la hoguera de las vanidades, a la mezquindad. También describe esos momentos de lucidez que pueden encauzar nuestro devenir, y admite la posibilidad del amor y de la grandeza de espíritu. Incluso hay momentos para el humor, para el distanciamiento nostálgico de nuestra pequeñez y para la reconciliación con nuestro destino. Algunas luces siguen iluminando los pasos del profesor Stoner por el campus de la universidad de Columbia, Misuri. Leánsela. Es muy buena. Y la traducción es espléndida.


D.S. Martin

3 comentarios

3 commentaires


Invité
26 janv.

Enhorabuena a la revista por regalarnos está nueva sección.

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Invité
26 janv.

Bueno, tras leer está estupenda reseña, la verdad es que dan ganas de zambullirse en una novela tan prometedora, que parece abarcar todas las vicisitudes de una vida que también puede ser la nuestra.

Eso de "no cejar en el empeño de no llegar a ninguna parte" me ha conmovido especialmente.


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Invité
25 janv.

Muchas gracias por la sugerencia. No conocía ni el autor, ni la obra, lo leeré

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