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Soledad (XLIII)

Soledad hoy se siente extraña, como vacía...

Ha cumplido todas las obligaciones semanales que su madrastra odiada le tiene encomendadas: visitó a su Hacedora mala puntualmente el lunes, superando sin réplica alguna todos los pasos robotizados que entraña tan desagradable encuentro; realizó la compra completa de los miércoles en el colmado que hay enfrente de su casa; ha limpiado, lavado y planchado con esmero todo lo que requería esa atención; ha frotado con mucho cuidadito cada uno de los bichitos y hortalizas que habitan su delantal y ha pasado las cuentas de su rosario vespertino de las 23:45 h con ellos; ha depositado en las esquinas de los suelos las menudas miguitas de pan que sirven de sustento a las minúsculas hormiguitas que cohabitan su soledad; les ha rendido el tributo obligatorio diario al Sol enemigo y a la Edad traidora; ha enjabonado y abrillantado el espejo mudo del lavabo de su baño (qué culpa tiene él, el pobre al fin y al cabo, si no es más que un triste azogue viejo vaciado de función por una voluntad malvada...).

Soledad no sabe qué hacer ni a quién acudir para consolarse de su pequeña angustia...

Tampoco puede asomarse al balcón para reconocerse el rostro, pues hoy está lloviendo mucho y la oscuridad ha apagado las estrellas...

¿Qué puede hacer Soledad hoy, ahora, madre, para apaciguar tanto sinsabor?

Si hasta tú pareces haberme olvidado, madre, que tienes el tarro de cristal repujado relleno de corazones de azúcar sin estrenar, que se van a revenir, madre, que se van a convertir en diamantes duros, imposibles de morder por tus dientes tan delicados...

¿Qué hacer, madre? ¿Cómo consolar tanta desazón?

¿Me cantas una nana al oído, madre, muy muy bajito (yo bebé incubado, tú rorro quedo ensayando rimas), a ver si me duermo?


Ana Rosa M. Portillo

1 comentario

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Guest
Feb 27, 2023

Pobre Soledad. Cuánta desazón, qué esfuerzo por vivir, qué acumulación de soledades. Cuánto desasosiego, qué terribles seres gobiernan su destino, cuánta triste lucidez. Y ese mundo infantil recurrente, con sus gominolas y sus animalitos animados. Hay algo hermoso en todo ello.

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