Trilogía original: El espíritu del páramo (1996), La ruina del cielo (1999) y El oscurecer (2002).
1.ª edición de El Reino de Celama: 2003, Barcelona. Colección Areté.
Editorial: Random House Mondadori, S.A. 687 páginas.
Luis Mateo Díez Rodríguez (Villablino, León; 21 de septiembre de 1942) es un escritor español miembro de la Real Academia Española desde el año 2001, con el sillón I (i mayúscula).
Se le ha otorgado el Premio Miguel de Cervantes 2023.
Es el único autor en lengua castellana que ha obtenido en dos ocasiones el Premio Nacional de Narrativa y otras dos el Premio de la Crítica, gracias a sus novelas La fuente de la edad (1986) y La ruina del cielo (1999). (Fuente: Wikipedia).
Celama es mucho más que un Territorio: es un organismo vivo constituido por espacios físicos opresivos y por gentes que no se sabe muy bien si viven o mueren, pero que parecen estar siempre agonizando en la "acumulación de muchas muertes" que van posibilitando la muerte definitiva.
Celama es un "Lugar" donde vivos y muertos se solapan en un devenir lento y monótono, entre inviernos rigurosos y veranos abrasadores. La tierra es dura, seca, resquebrajada: apenas produce el mínimo fruto para la subsistencia de sus adustos pobladores, que la trabajan prácticamente hasta la extenuación. El agua no existe más allá de unos cuantos pozos maltrechos y ruinosos, desperdigados por las Hectáreas y que no abastecen... Llegará por fin un atisbo de progreso con el embalse que permitirá olvidar el barbecho, pero hasta entonces...
En Celama se muere de muchas muertes, todas silenciosas, pues la enfermedad o la infamia pertenecen a la vida privada, a esa intimidad tan celosamente guardada por todos, y que es lo único que realmente les es propia, sea en el tálamo nupcial o en el lecho de la muerte.
Celama es la respiración unívoca de los extertores de todas las bocas y de todas las almas que se ahogan entre tuberculosis y enfisemas, pero siempre en silencio, sin alzar la voz, no vaya a ser...
Celama no tiene leyendas porque a nadie atrajo su aspereza, pero tiene sus mitos, que, a veces, en el Casino, se cuentan los hombres para pasar el rato y espantar los fantasmas, animados por el humo de los cigarros y el consuelo del aguardiente. En Celama se cuentan pocos cuentos, porque es mejor no remover nada, respetar las intimidades y las razones de cada quien, dejar que la nieve cubra la roña de las rañas con el bisturí afilado y certero de tantos y tantos inviernos.
Celama es el esfuerzo vano y la resignación aceptada.
Celama es "el espejo de la ruina del cielo", donde los hombres y las mujeres vagan entre sueños de pesadillas inconfesables... Pero ¿qué tendrá Celama que produce añoranza en los que la abandonan y como un orgullo testarudo en los que la trabajan y la sufren?
Celama late en el fondo de su nicho porque no le queda más remedio.
Tierra
Leí el libro hace muchos años y me asombró. Había leído otros libros del autor, pero este tiene una profundidad narrativa absorbente. Como se describe en la reseña, las múltiples vidas, las múltiples muertes, secas y duras, se entrelazan formando una realidad hostil, pero muy humana. Una lectura imprescindible en la prolífica trayectoria de Luis Mateo Díez.