Danza, baila,
que tu cuerpo no pare:
baila, danza,
que mi corazón muere por tiiiii
baila, danza,
no importa nada,
nada,
piensa que mi corazón late por tiiii
danza, baila,
no pares en el movimiento,
siento
que mi corazón muere por tiiii
Y así, a ritmo de rap...
Mientras,
miles de vidas decapitadas, cercenadas,
abolidas, ya sin lágrimas y sin
plegarias
presentan sus
no rostros
ante el tribunal de
Dios.
Pero tú sigue bailando,
pibe,
a ti qué te importa, pibe, si tus padres tienen un
palacio, pibe,
para celebrar tu próximo
cumpleaños.
Mientras, cadáveres ya sin
alma
buscan entre los rescoldos de las
ruinas arrasadas
el perdón de
Dios.
Baila, danza...
AnRos
El horror de la guerra televisada, como una película más, nos aleja del sufrimiento y nos impide hacernos cargo de nuestra propia responsabilidad. Todos somos, de alguna manera, responsables, pero el sistema, dominado por el marketing consumista, mira para otro lado. Bailamos sobre sus tumbas, a pesar de todas nuestras bienintencionadas declaraciones.