La gota que puede colmar el vaso no es otra que la que cae por efecto de la gravedad de una sencilla cuchara. Una gota que recorre primero su aspecto cóncavo para descubrir la convexidad del reflejo abstracto del ovoide que no ha llegado a formar.
Luces que se desvanecen en las sombras de sombras que se mueven. Fragmentos estáticos que flotan entre los átomos de materia humana y física que andan y desandan el suelo del bar, suelo tantas veces visto y tan poco conocido.
Escaleras que suben y bajan en fases ilusorias. Cuando no suben, bajan. Y si bajan, solo hacia abajo y si suben, solo hacia arriba. Quizá en otra perspectiva puedan subir hacia abajo o bajar hacia arriba. Las dimensiones de la relatividad y del ser del pensamiento son irreales, inexactas e imposibles en la mente de cada uno.
Las miradas saltan, se escabullen y lloran entre las ramas de los tiestos y las plantas de la tierra. Ventanas en las que solo se ve la penumbra en que retumba la música con la hiel del cristal, bajo la niebla del vaho.
Murmullos sonoros,
caras estridentes,
almas que se pierden bajo una gota de té.
NeiRma
Otro texto de Neirma lleno de imágenes vanguardistas cercanas a la escritura automática. La adjetivación y las asociaciones inesperadas reflejan una mirada fresca y profunda sobre un espacio cotidiano. A pesar de la espontaneidad del texto, la poeta no renuncia, como una moraleja dadaísta, a la reflexión final.
Hermoso el texto. Sugerente la fotografía.
La realidad es un invento que cada quien construye de cuanto le rodea: tantas realidades como individuos; tantas perspectivas como ilusiones necesarias para cada uno. La realidad es múltiple, casi infinita. La memoria retiene sus perspectivas abstractas a su manera tan arbitraria, tan desordenada también.