¿Son mis pasos los que inventan
las aceras?
¿Son las aceras las que imaginan
mis pasos?
Yo piso;
ella agarra.
¿Soy yo quien marcó los
rumbos?
¿Son ellas que a mi paso
dibujan, ay, mi destino?
¿Hay una magia tácita, quizá,
entre mis pisadas y
mis lágrimas de sueño?
¿Existen, tal vez, pisadas que marcaron
otros rumbos
en las mismas aceras
mil veces pisoteadas y pintadas?:
mis padres,
mis suegros,
mis abuelos,
mis amores todos que, una y mil veces,
también pisaron estas aceras que
hoy
revientan sus huellas para decirme
que aquí vivieron,
que aquí pisaron,
que aquí dibujaron ellas también su surco
para que yo hoy pueda pisarlas...
Y hacer memoria,
y hacer grieta,
y hacer sonrisa desdibujada...
y hacer huella,
y hacer pisada,
sin humillarlas...
Y excavar un hueco que cobije
para siempre
mi pisada,
mi huella,
mi mierda.
Mi nada.
AnRos
Me encanta la voz poética de estos artículos de poesía. Sin duda, AnRos tiene una gran sensibilidad literaria y nos ofrece una literatura cercana, rompedora y bella. Espero con alegría e ilusión los miércoles para volver a leer tus obras. Gracias.
Las aceras dibujan un mapa vital que recorremos paso a paso. Hay una íntima relación entre el andar y esas orillas embaldosadas que marcan el territorio del caminante. Otros, antes que nosotros, también anduvieron por esas playas. Las aceras calcan nuestros pasos como los tipos golpean la cinta de una vieja máquina de escribir. Una huella que es surco, grieta, mierda, nada. Otro buen poema, reflexivo, lúcido y existencialista, construido sobre las anáforas, la polisíndeton, las preguntas retóricas y las derivaciones. La idea sugerida -es el camino el que hace al caminante - supone una nueva mirada sobre los conocidos versos de Machado: caminante, no hay camino, se hace camino al andar.