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El autor soriano que publicó un Robinson

A un pequeño municipio soriano llamado Abejar se trasladó la imprenta de La Crónica de Soria a finales de 1808 porque las tropas napoleónicas se habían asentado en Soria capital.

En agosto de ese mismo año había nacido en esa pequeña villa Manuel Benito Aguirre. No se sabe a qué edad partió de allí para trasladarse a Madrid y, en realidad, desconocemos mucho de su biografía e incluso algunos dudan de que fuera el autor de El subterráneo habitado. Sin embargo, las fechas cuadran y su nombre es el que figura siempre en las reseñas que aparecen en los periódicos del momento en Madrid.

El subterráneo habitado portadilla
Archivo de la Editorial Deméter

Manuel Benito Aguirre publicó El subterráneo habitado en 1830. Tenía 22 años y quizás se estaba formando o era ya maestro de primaria en la capital. Esta novela y otro par de obras son su única producción de ficción. El resto de lo que escribió y vio la luz fueron textos de tipo pedagógico porque, en realidad, su oficio era el de docente. El catecismo político explicado a los niños o Bosquejo filosófico son algunos ejemplos de los títulos que solía escribir Manuel Benito Aguirre.


En la novela El subterráneo habitado, recientemente reeditado por la editorial vallisoletana Deméter, encontramos alguna que otra moralina, pero el autor no deja de sorprender al lector con crímenes, misterios, desapariciones, pasadizos secretos y más elementos propios de la literatura gótica. Aunque Timancio, el protagonista, recuerda a otros personajes como Robinson Crusoe o Gulliver, las novelas de Swiftt y de Defoe que hablan, desde diferente perspectiva, de la colonización británica y sus ventajas. Manuel Benito Aguirre se separa de esa perspectiva, pero mantiene la tesis de la importancia que tiene en el ser humano la educación, la familia y el libre albedrío.


Al igual que en estas novelas, el protagonista, Timancio, llega a una isla misteriosa en mitad del océano, donde descubre que está habitada y se cree en el deber de introducir a sus pobladores en la verdadera fe y en la civilización occidental. Sin  embargo, a diferencia de aquellas novelas del siglo XVIII, en esta encontramos elementos de novela gótica, como bien señaló Miriam López Santos en su trabajo La novela gótica en España. La profesora de la Universidad de León considera que, al igual que muchas otras novelas españolas del XIX, El subterráneo habitado presenta algunos elementos típicos de ese tipo de historias que tanto éxito tuvieron entre el final del siglo XVIII y el principio del XIX en Inglaterra y Francia. En España su introducción fue tardía, como suele ocurrir en casi todas las modas y estilos provenientes del extranjero, y, además, tuvo sus propias características. Las condiciones políticas, sociales y, sobre todo, la fuerte influencia de la religión católica fueron, quizás, las causas de que la novela o el relato góticos tuvieran un menor desarrollo en la literatura española.


La ilustradora palentina, Lau Oreja, ha creado una serie de imágenes que se asemejan a los grabados de aquellas ediciones del XVIII y XIX, pero utiliza la técnica digital. Lau dice que se adapta al proyecto, que utiliza la técnica y el estilo que mejor case con cada texto. Esta joven creadora es, al mismo tiempo, diseñadora gráfica, profesora de arte e ilustradora. Este proyecto le ha permitido recrear aquellas ilustraciones de las novelas que, como el texto, recuerdan las novelas de viajes y aventuras del XVIII inglés: Robinson Crusoe y Los viajes de Gulliver.


El subterráneo habitado
Archivo de la Editorial Deméter

Podemos añadir que Manuel Benito Aguirre participó, en los inicios del siglo XIX, en lo que fueron las primeras escuelas de formadores de maestros. Eran conocidas como Escuelas Normales. Además, creó una Mutua de Seguros para los maestros porque, si caían enfermos o morían, las familias no recibían dinero. Gracias a esto, se sabe que estuvo casado con Rita Rodríguez y que tuvieron una hija. Cuando Manuel Benito Aguirre murió en abril de 1845, la esposa y la hija reclamaron la pensión que les correspondía por haber formado parte de esa mutua.


Montse Ruiz, Editorial Deméter

1 comentario

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Gast
06. Juni

Gracias por esa información que nos regalas, Monse. Hay tanto olvido en el tesoro de nuestras artes... Ahora se reivindican sobre todo mujeres, y está bien, siempre tan ninguneadas y apartadas al arbitrio de sus hombres o patriarcas... Está bien conocer que otros fueron, existieron, crearon... Contribuyeron a escalar un nuevo peldaño en nuestra España siempre tan atrasada.

Gracias por la información. (Me gusta y me divierte el nombre del protagonista.)


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