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"Ice Age" bajo los ojos de un biólogo. Segunda parte

Seguimos con esta segunda parte en la que pongo en el punto de mira a este clásico de la animación. Como comenté en el anterior artículo, en esta ocasión nos centraremos en los otros dos protagonistas y el resto de la fauna que aparece en la película. Y precisamente vamos a empezar mencionando esto último.


Una de las primeras escenas muestra la migración de muchas manadas de animales hacia el sur, huyendo del frío y buscando condiciones más favorables para alimentarse o reproducirse. Este comportamiento es inherente a muchos animales, los cuales nunca van a permanecer en el mismo lugar a lo largo del año. Mostrar este tipo de comportamiento en el filme es correcto, no obstante, la variopinta selección de criaturas que se muestran es muy peculiar y con poca relación entre ellas. En primer lugar hay que mencionar que, sin contar a los neandertales, a Manny, el mamut lanudo, y a alguna otra especie que mencionaré más tarde, el resto de la fauna de la película es oriunda del continente sudamericano. Para empezar, podemos ver ejemplares de los xenartros –conocidos vulgarmente como «desdentados»–, el grupo de mamíferos que comprende a los osos hormigueros, los armadillos y los perezosos. De estos dos últimos, durante el Pleistoceno (la división en escala de tiempo geológica donde se ubica la Edad de Hielo), llegaron a alcanzar tamaños gigantescos. Es precisamente por esto que Sid, el perezoso, no podría trepar a los árboles y tendría hábitos de vida terrestres. Si tenemos en cuenta la posición bípeda y la libertad creativa de su diseño, sin lugar a dudas se trata del protagonista más alejado a la realidad.


Figura de un perezoso gigante terrestre. Fuente: fotografía realizada por el autor (2023)

Otro animal curioso que aparece durante la escena de la migración es el macrauquenia, inconfundible por su aspecto semejante al de un dromedario sin joroba y con una trompa (hace pocos años se llegó a la conclusión, comparando el hueso nasal del cráneo con el de otros herbívoros, de que no podría haber sustentado ninguna trompa). Este animal pertenecía a un grupo exclusivo de Sudamérica del que no quedan representantes actuales.


Reconstrucción artística de dos macrauquenias. Fuente: Olga Kobrina (n.f.). Wikipedia

También en esta breve secuencia aparecen otros animales que habitaron millones de años antes que el resto y en otras partes del mundo. Simplemente, no pertenecen a la fauna propia del planeta durante la Edad de Hielo. Hablo de los «rinocerontes» y de los rechonchos animales con aspecto de hipopótamo y con trompa. Por un lado, tenemos a estos rinocerontes con un cuerno en forma de «Y». Son los brontotéridos, un grupo emparentado evolutivamente con los rinocerontes, pero que habitaron en Norteamérica y parte de Asia, mientras que, como comenté en uno de mis primeros artículos (El día mundial del rinoceronte), los otros se ubican en África y Asia (aunque durante mucho tiempo estuvieron ampliamente distribuidos también por Europa). Este es un caso de «convergencia evolutiva», por el cual, la evolución acaba dando lugar a criaturas con aspectos o modos de vida semejantes, pero en distintos lugares del mundo.


Reconstrucción artística de un brontotérido. Fuente: Prehistoria Fandom (1 de septiembre de 2012)

Luego tenemos a estos animales con trompa, los cuales son los moeritéridos, una etapa muy primitiva de los proboscídeos (grupo al que pertenecen los elefantes y los mamuts). Se trataban de animales que vivieron en las zonas húmedas del norte de África y que a medida que fueron pasando los millones de años, se diversificaron, crecieron en tamaño, sus patas se hicieron más rectas y largas, y la trompa se alargó. Así se acabó llegando al aspecto de elefante que todo el mundo tiene en la mente.


Estatua de un moeritérido. Fuente: Diario del Reino Animal (7 de Agosto de 2020). Facebook

Habiendo ya repasado todo este batiburrillo de fauna, es ahora cuando toca mencionar por fin al último de nuestros protagonistas, Diego. En la película varias veces se refieren a él como un tigre, cosa que también dista de la realidad. Cierto es que es un félido (la familia de los gatos) y que pertenece a un grupo característico por presentar largos caninos –los famosos «dientes de sable»–, pero que es independiente al de los actuales «grandes gatos» (leones, tigres, leopardos, etc.). Lo más correcto sería definir a Diego por el género taxonómico al que pertenece: Smilodon. Al igual que Manny, el mamut lanudo, está francamente bien representado. Al contrario que un verdadero tigre, su cola era muy corta y sus hombros estaban a mayor altura que los cuartos traseros. Una anatomía de este tipo, más robusta y no tan grácil como la del tigre, sugiere que estos depredadores buscarían atacar rápidamente la garganta de sus presas en un ataque corto, en lugar de perseguir o forcejear con la presa hasta derribarla. También hay que tener en cuenta que unos caninos tan largos podrían haber sido muy frágiles si hubiesen colisionado con huesos o músculos grandes y fuertes. El cuello era un lugar blando y por lo tanto idóneo para hundir un arma así.


Figura de Smilodon. Fuente: fotografía realizada por el autor (2023)

Y, como no, no podría olvidar a los dodos, las torpes y excéntricas aves que protagonizan una única secuencia cómica. Se trataba de un pariente de las palomas cuya área de distribución consistía únicamente en la isla Mauricio, al este de Madagascar, en el Océano Índico. Algo que hace a veces la evolución es propiciar que animales que quedan recluidos en islas o archipiélagos vayan reduciendo o aumentando su tamaño con el paso de las generaciones en función de sus necesidades. Es por esto que en islas del Mediterráneo se han encontrado fósiles de elefantes, hipopótamos o ciervos enanos o que, por el contrario, en una isla aislada del resto del mundo, un ave haya aumentando su tamaño y perdido la capacidad de volar. Los dodos vivían ajenos a todo lo que acontecía fuera de su hogar hasta que llegaron los colonos europeos (la Edad de Hielo había quedado ya muy atrás). Ingenuos por naturaleza debido a que no tenían depredadores naturales, el ser humano y las especies que trajo consigo –perros, gatos, cerdos y ratas- propiciaron su declive e inminente extinción durante el siglo XVII.


Imagen de dodo. Fuente: Pixabay. Autor: OpenClipart-Vectors

Como último aporte faunístico, decir que Scrat, la ardilla con dientes de sable que persigue de forma incansable a su preciada bellota es pura invención de la película. No obstante, en 2011 se encontraron unos restos de un pequeño mamífero primitivo que vivió junto a los dinosaurios que se asemeja vagamente. No sería justo sumarlo a los muchos errores que ya he sacado en estos dos artículos.


Imagen de Scrat. Fuente: Ice Age Wiki (n.f.)

Y finalmente, una brevísima puntualización sobre botánica. En la peli, aparte de extensiones nevadas y rocosas, la única vegetación que se aprecia son escasas hierbas y abetos, vegetación adaptada a climas fríos, por lo tanto, lo considero un acierto.

Como conclusión final diré que Ice Age es una película que, como el resto de filmes similares, demuestra que posee una base científica, aunque no especialmente sólida. No obstante, no deja de ser una película entrañable, entretenida y una perfecta opción para disfrutar de una fría tarde en estas fechas. Dicho esto, el biólogo os desea felices fiestas.


Daniel Gallego Ortúñez

3 comentarios

3 Comments


Guest
Dec 25, 2023

Introducir nociones científicas sobre la era del hielo y la vida prehistórica de manera amigable y entretenida es impresionante. Ofreces una perspectiva interesante para que personas de todas las edades puedan apreciar y comprender mejor esos temas. Excelente artículo.

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Guest
Dec 22, 2023

Un artículo que nos introduce en la complejidad de las edades geológicas y evolutivas con gran acierto. El contenido es ameno y la lectura agradable. Un biólogo que sabe, sabe explicarse y escribe bien. Algo tan difícil como para Scrat atrapar la bellota. Ver la película después de leer estos comentarios será mucho más interesante. Un buen artículo para cualquier profano, y para todos los profes de Biología que quieran atrapar a sus alumnos. Espero otros. Gracias, Daniel.

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Guest
Dec 22, 2023

Gracias, Daniel, por tu entendible comentario. (Menos mal que no soy cineasta y, por tanto, nunca voy a filmar una película; pero si lo fuera, créeme que nunca me atrevería a meterme en Edades Antiguas, en tiempos incomprensibles, en camisas de once varas, en fin...). Te reitero mi gratitud y mi admiración, y te rogaría que sigas deleitándonos y adoctrinando con tus acertados y sencillos comentarios sobre esas "cosas" que nos quedan lejos, pero tampoco tanto. Feliz Navidad también para ti y para tus muy simpáticas y peculiares faunas y floras.

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