Un desierto de arena, una niña, un padre...
—¿Esto es la playa, papá? ¡Solo hay arena!
Hay sombrillas y niños que juegan
a soñar castillos de oro...
—Pero ¿dónde está el mar, papá?
—Espérate, que luego sube la marea
y se levanta el mar y se hace azul
y luego verde y después gris,
hasta hacerse noche de cielo...
La niña espera... El agua llega
e inunda toda la playa,
tan amarilla antes,
tan azul ahora.
—Papá, ¿y dónde estaba antes el mar?;
¿dónde se ahogó?; ¿dónde se escondió?
¿De dónde viene el agua, papá?;
Es todo tan azul ahora
(azul la vida y azules los sueños:
el mar ya espejo del cielo).
—Ese es el eterno juego entre
la luna y el mar:
un secreto de oscura magia,
de blanca espuma y de dulce sal.
—Ah, papá, ¡como la barriga grande y nueva de mamá!
AnRos
Lo bueno si breve... Maravilloso poema, donde lo anecdótico, el diálogo, forma una sutil estructura de cristal que sostiene un profundo y sólido lirismo. Tres personajes: una niña que pregunta a su papá, un papá sabio y una madre que se hace presente al final, inundando todo el poema. Los niños que sueñan con castillos de oro y los asombrados ojos de la niña que miran el mar, que no sabe por qué el mar va y viene. Un mar que es la imagen de una vida que también se renueva en el vientre de su mamá. Intensos colores y sabores, el tiempo que fluye en la playa, el eterno juego de contrarios. La niña espera... Uno de los mejores…