El Colacho, también conocido como El Salto del Colacho, es una celebración popular que se lleva a cabo en el pueblo de Castrillo de Murcia, en la provincia de Burgos, España. Tiene lugar el domingo posterior a la fiesta de Corpus Christi y consiste en una procesión en la que el Colacho, un hombre disfrazado completamente de rojo y negro, representa el mal y el demonio. También se le conoce como el “diablo saltarín”, ya que salta por encima de los bebés nacidos ese año, quienes se encuentran sobre colchones en medio de la plaza del pueblo, mientras son protegidos de los demonios y espíritus malignos mediante lo que entenderíamos como un exorcismo o bendición.
Esta tradición, que data del siglo XVII, se cree que tenía el propósito de purificar a los bebés recién nacidos y alejar a los malos espíritus de las casas. A lo largo de los años, la violencia y la peligrosidad de la celebración han disminuido, y en la actualidad se lleva a cabo de manera más moderada, aunque sigue siendo considerada una tradición muy importante en Castrillo de Murcia y en toda la provincia de Burgos.
La figura del Colacho, como muchas otras en la historia, ha evolucionado y cambiado a lo largo del tiempo. Para su representación, en vez de la persona disfrazada he escogido su aspecto de demonio.
En este caso, no solo es el Colacho representado con la vestimenta que se usa en las fiestas, sino también con la máscara llamada “birria“, el látigo denominado “atabal” y las castañuelas: sus tres elementos característicos.
Teniendo en cuenta los escasos medios de los que se disponía en la época para disfrazarse, para la ilustración se ha optado por una representación del demonio más cercana a la actualidad con el fin de hacerla más comprensible y reconocible. Por ello, se le ha dotado de cuernos, cola y patas de cabra característicos de la imagen del demonio.
Sin embargo, no podemos olvidar su origen, por lo que se muestran elementos del traje con el que tradicionalmente se representa, como los lazos y el color rojo y ocre.
AlmaHeiko
(Instagram: @almaheiko)
Sobresaliente y documentada actualización de la figura del Colacho. La síntesis de tradición (birria, arrabal y castañuelas) y modernidad ( el diseño de la imagen es el propio de una nueva generación acostumbrada al cómic fantástico), sin olvidar la naturaleza diabólica del personaje, está muy lograda. Espero que la autora nos ofrezca su versión de otros habitantes del folklore burgalés.
Interesante. Gracias por permitirnos seguir aprendiendo.