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Alcanfor y frac

Los cadáveres saben que son festín

de bichos voraces

en descomposición propia.


Morimos porque es obligatorio

morir.

Hemos de, forzosamente,

morir

bajo un sol o una luna

o una nube o una estrella.


Evitas la muerte como queriendo ser

eternamente vivo.

Falacia.

Inventas un cielo que exculpe

tus culpas inocentes.

Falacia.

Pretendes ser después

lo que no supiste ser antes.

Falacia.


Ya lo ves, Amor:

antes o después

todos los cuerpos expiran... y se vuelven amarillos, y generan larvas

purulentas,

y quieren boquear sin alcanfor ni cristal,

y quieren decirle a la muerte

que no son ellos,

son otros los que deben enfilar

disfrazados de frac y esencias...

Tú también.


He visto algunos cadáveres vivos

aleteando todavía

en ataúdes impostados;

he visto a mis padres muertos

intentar balbucir una última

palabra

por debajo del cristal de un ataúd

que no les dejaba respirar ya;

he visto rostros de muertos

amarillos

queriendo echarle todavía a la vida

un último órdago

de canela y sal;

he probado la hiel del beso ácido

de la muerte

en otros rostros

ya muertos,

en otros cuerpos disfrazados

de alcanfor y frac.


¿Será que no podremos gritarle nunca

a la muerte

que se quede quieta,

que pare de jugar,

que no nos importa su disfraz oscuro,

que ya la conocemos,

que no nos asusta,

que no nos importa ya si viene o va,

que ya nos hemos visto las caras,

hemos contrastado efluvios y olores,

que ya no nos parece, siquiera,

tan terrible?


Ah, muerte, no obstante

qué fea eres.


Alcanfor
Fuente: Editado por NeiRma

AnRos

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